El esfuerzo te ayuda a ser feliz y sentirte mejor contigo mismo.

Descubre cómo el esfuerzo te conduce a la felicidad y al bienestar


Sabías que, cada vez que trabajas con empeño y ahínco para alcanzar una meta; esta decisión te conduce a la felicidad y al bienestar. Si no lo sabias pon mucha atención a lo que te voy a contar.

Desde que nacemos “el esfuerzo” está presente en nuestra vida. Implica trabajo, pero también conlleva satisfacción, bienestar y gozo por el logro conseguido.

El ser humano es uno de los mamíferos, que nace más indefenso; por lo que deberá afrontar muchos retos, que exigen un gran esfuerzo, no solo durante su infancia sino durante toda su vida.

De hecho, los bebés tienen que aplicarse: para atravesar el canal de parto, aprender a mamar, hablar, y caminar (que es súper complicado), y después de muchos intentos, constancia y tesón lo consiguen.

El esfuerzo produce felicidad y bienestar

No es menos cierto, que todos en algún momento de la vida, nos hemos esforzado para alcanzar un objetivo.

Para comprender más lo que te digo; te invito a recordar ese logro tan especial, del que te sientes sumamente orgulloso. Cierra los ojos, búscalo en tu mente, recuérdalo con el mayor número de detalles que te sea posible…,  y  disfruta de la sensación de bienestar, que sentiste, cuando finalmente “Conquistaste” ese objetivo.

Y lo mejor de todo, fue que, te sentiste contento, durante largo tiempo. De hecho, estoy convencida de que, aún te sientes super feliz y radiante, cuando lo recuerdas.

Por ello, no está de más, hacer un uso consciente de la constancia y la perseverancia en la conquista del bienestar y la felicidad personal.

 

¿Por qué deberías ponerte retos? 



El  esfuerzo  nos define, nos ayuda a construirnos, somos la suma de nuestros  logros.

El esfuerzo nos define, nos ayuda a construirnos. Somos la suma de nuestros logros

Ponerse metas que sean retos, que supongan un esfuerzo, te ayuda a saber de qué eres capaz.

Por lo tanto, cada vez que trabajas con voluntad y empeño, no solo te pones a prueba, sino que además, desarrollas capacidades, habilidades y mejoras tu autoestima.

Al final te sientes feliz, cada vez que obtienes pequeñas conquistas; a medida que avanzas en la consecución de tu objetivo. Por otra parte, descubres, de primera mano, que puedes alcanzar tus sueños, eres capaz  y esa sensación de control es muy importante para el bienestar.

No es menos cierto, que cada etapa de la vida se define por los logros alcanzados. Si piensas en tu niñez seguramente podrás recordar algún logro, al igual qué si recuerdas la adolescencia, la formación escolar o cualquier otra etapa.

Efectivamente, hay que aprender miles de cosas a lo largo de toda la vida. Y el esfuerzo, se convierte, en la herramienta que nos ayuda a conseguirlo.

Aprendemos a través de la repetición y el esfuerzo sostenido, durante todo el proceso de aprendizaje. Nuestro cerebro funciona así, hay que repetir muchas veces, para que, se formen las nuevas conexiones neuronales, y así fijar esos nuevos aprendizajes. O cómo crees que aprendiste a hablar, caminar, leer o escribir; con mucho esfuerzo y repetición.

Cuando te gradúas, terminas un curso, ganas en un partido, un maratón, construyes algo o aprendes a dominar un idioma; las personas reconocen tu esfuerzo y tu valor.

Tus conquistas te aportan bienestar; vienen acompañadas de  satisfacción y reconocimiento social, son como medallas, que muestran que eres una persona valiosa. Son pruebas de tu capacidad y de tus habilidades.

Los retos te ayudan a saber de qué eres capaz.

El reconocimiento de los otros es muy importante. Porque como siempre digo, somos seres sociales y necesitamos ese reconocimiento, esa palmadita en la espalda, esa felicitación, «qué bien lo has hecho, eres lo máximo».

¿Cómo usar el poder personal en la búsqueda del bienestar?


Otro aspecto a considerar es el poder que cada uno tiene, para orientar su hacer, en busca del bienestar, el confort y la felicidad. A veces, puedes llegar a creer que la felicidad no depende de ti mismo, que es cuestión de suerte.

Y si bien es cierto, que parte de las cosas que  pasan, escapan a nuestro control; hay muchas otras que dependen directamente, de lo que pensamos y hacemos.  Por lo tanto tú puedes de forma voluntaria, ponerte en el camino que más te convenga y corregir el rumbo tantas veces como sea necesario.

Cuando buscas la felicidad puedes elegir conscientemente, esforzarte para conseguir tus metas y objetivos.

 No olvides que una actitud positiva, así como la fe en ti mismo, serán buenas compañeras.

¿Cómo aumentar la sensación de bienestar?


La sensación de bienestar que acompaña al logro, depende mucho de cuanto trabajo y sacrificio nos cuesta conquistar un reto. No es lo mismo conseguir una entrada gratuita para un evento, (para lo que hemos hecho poco esfuerzo) que terminar un proyecto de trabajo en el que invertimos uno o varios meses. Las exigencias y las experiencias de cada uno son diferentes.

Si bien es cierto que ambas producen felicidad, resulta que los cambios que requieren esfuerzo sostenido en el tiempo, se valoran y disfrutan más.

Por consiguiente, la felicidad que proviene del esfuerzo sostenido y una férrea voluntad,  se mantiene en el tiempo más que la que proviene de un cambio conseguido con poco o ningún esfuerzo. Un dato muy interesante a tener en cuenta.

El esfuerzo aumenta la autoestima y la confianza personal


Cuando trabajas con empeño en tus objetivos, y consigues beneficios (grandes o pequeños) aumentas tu autoestima y la autoconfianza. Todos necesitamos que nos quieran, nos acepten y nos digan que bien lo haces. Somos seres sociales, vivimos en grupo.

Por eso estudiar una carrera, aprender un oficio, nos produce esa sensación de bienestar que contribuye a nuestra felicidad. Al final no solo desarrollamos habilidades, nuevos aprendizajes y destrezas (aumentan la autoestima y la confianza personal), sino que también, conseguimos amigos, que nos valoran y aprecian.

En resumen esforzarse, aumenta la autoestima, la autoconfianza, la sensación de logro, y por si fuera poco, contribuye al desarrollo personal y a la superación.

Incluso si tomamos como referencia la pirámide de Maslow,  que explica el comportamiento humano según las necesidades que tenemos.

Podemos ver como la Estima  y el Reconocimiento, se encuentran en el penúltimo escalón, es decir, una vez que el ser humano ha satisfecho sus necesidades  fisiológicas, de seguridad y sociales, sube un escalón más y ahora quiere obtener reconocimiento y estima para sentirse bien. No es más que la necesidad de que otros reconozcan su valor y le aprecien, por sus logros, por lo que hace.

Esforzarse, aumenta la autoestima, la autoconfianza, la sensación de logro, y por si fuera poco, contribuye al desarrollo personal y a la superación.

¿Cuál es la relación entre el esfuerzo y la felicidad?


Hay experimentos que demuestran que comprar una casa o un coche, entre otras cosas, produce felicidad, pero esta desaparece a medida que te habitúas a tenerlo; con el paso de los días ya no eres tan feliz como al principio.

Y esto sucede porque La costumbre y el tiempo, hacen mella en nuestro disfrute.

Cuando consigues un bien material, al final acabas acostumbrándote y ya no te produce la misma felicidad o la ilusión que al principio.

A diferencia de, cuando consigues algo con esfuerzo sostenido que implica pequeñas conquistas a lo largo del tiempo, que se van sumando progresivamente. Es decir pequeños refuerzos o premios, que nos animan a seguir cada día y que además nos llenan de orgullo y bienestar.

Cuando consigues pequeñas conquistas a lo largo del tiempo, el cerebro, se expone a nuevas experiencias, a nuevos retos y esto evita el aburrimiento, la habituación no aparece.

Luego, no es lo mismo comprar un coche nuevo, que graduarse. No suponen el mismo reto, ni pasamos por múltiples y sucesivas experiencias que aumentan nuestra autoestima y autoconfianza. Por ende, la sensación de felicidad es más duradera en el tiempo.

✅Ahora te propongo un ejercicio que te ayudará a trazarte retos u objetivos:

 ¿Cómo CREAR retos qué te ayuden a sentirte feliz?

Ejercicio 1:

Toma una hoja de papel y escribe sobre cualquier meta que quieres obtener. Por ejemplo aprender a bailar bachata si resulta que ya sabes bailar salsa; también puede ser aprender a pintar, nadar, un curso en una academia, etc.

  • Un objetivo que sea probable de alcanzar. Evita las metas imposibles. Puede ser algo pequeño como preparar un plato de comida, no tiene que ser conquistar el Everest.
  • Define el tiempo en que iniciaras esa actividad y ve a por ella.
  • Escribe porque es importante lograr esa meta, que cosas conseguirás al finalizar, como de beneficiosa será para ti.
  • Busca imágenes o fotos que dejen ver cómo te sentirás cuando lo consigas. Por ejemplo alguien graduándose o dibujando (depende de lo que quieras lograr).
  • Y sobre todo te recomiendo, que escojas cosas que realmente te gusten y te interesen a ti, no a los demás.

La importancia de los pequeños retos

  • Los pequeños retos son escalones, que te llevan paso a paso.
  • No se trata de trazarse metas inalcanzables o imposibles.
  • Un pequeño cambio es el principio de uno mayor y duradero.
  • No permitas que el miedo te lleve a abandonar. Si realmente estás convencido de que quieres hacerlo, mantente firme.
  • Evita las tareas gigantescas, demasiado difíciles o complicadas. Por ejemplo: aprender a dominar un idioma en tres meses, porque fracasarás. Como consecuencia, tu autoestima y confianza disminuirán y te sentirás infeliz. En lugar de animarte y estar bien, te sentirás derrotado y fracasado

Ejercicio 2.

  • Escribe tus logros diarios o semanales y colócalos en lugar donde puedas leerlos al levantarte o antes de salir de casa.
  • A medida que avanzas, date pequeñas recompensas.
  • Está atento a los pensamientos negativos, que surjan cuando las cosas no vayan bien, o surjan dificultades. Cambia esos pensamientos negativos por positivos, que te ayuden a conseguir tu objetivo.

Y para finalizar no olvides, si no hay viento, rema.